En un rincón de Villaguay hay una escuela que no solo enseña contenidos: sueña, crea y transforma la realidad. Es la Escuela Secundaria Nº 10 “Norma Bouvet”, y este viernes 13 de junio volvió a hacer lo que mejor sabe: abrir sus puertas a la imaginación, al encuentro entre generaciones y al juego como lenguaje universal.

Desde las 9:30 hasta las 11:00 horas, la institución, que cuenta con orientación en Turismo, se convirtió en un verdadero circo de ilusiones y ternura, al recibir con alegría a los más pequeños en el marco del Día de los Jardines de Infantes y el Día de la Maestra Jardinera que es el 28 de mayo de cada año. Los pasillos, decorados con esmero, se llenaron de risas, colores, música, disfraces, arte y magia, en una experiencia que quedará grabada en el corazón de todos los presentes.

El evento, bautizado “Del Secundario al Jardín de Infantes: cuando el sendero de los grandes se tiñe de infancia”, fue mucho más que una celebración. Se trató de la puesta en escena de un proyecto interdisciplinario sostenido en el tiempo, que combina compromiso educativo, sensibilidad artística y amor genuino por la niñez. Esta iniciativa, que ya es tradición en la escuela, forma parte del alma pedagógica de la institución, y cada nueva edición ratifica el espíritu innovador que la caracteriza.

En esta ocasión, la temática elegida fue el circo, símbolo de lo asombroso, lo lúdico y lo maravilloso. La escenografía -realizada íntegramente con material reciclado- incluyó carpas, estrellas, payasos y múltiples pistas de juego, en un despliegue de creatividad sustentable. La propuesta involucró los espacios curriculares de Lengua y Literatura, Música, Tecnología, Matemática y Artes Visuales, destacando que se puede generar belleza con conciencia ecológica, y que imaginar también es una forma de cuidar el planeta.

Los verdaderos protagonistas de la mañana fueron los niños del CDI “Pastorcitos”, acompañados por la coordinadora Yanina Sánchez y la docente Jésica Franco, así como los pequeños del UENI Nº 44 “Manzanitas Verdes”, cuya directora es Gloria Briozzo. A ellos se sumaron con entusiasmo las alumnas del Profesorado de Nivel Inicial, quienes no solo participaron activamente de la jornada sino que también ofrecieron una emotiva obra de teatro: “El Dragón Cantor”.

Esta representación teatral, basada en un capítulo de la serie “Hijitus”, fue desarrollada por las estudiantes de 3º año del PEI en el marco de la materia Lenguajes Artísticos, bajo la orientación de las profesoras Luciana Verbauwede y Silvina Panizza. Las artistas que dieron vida a los personajes fueron: Beltrame Gimena, Cepeda Xiomara, Correa Antonella, Delgao Rocío, Domínguez Luisana, Franco Rocío, González Naiara, Huck Daniela, Martínez Karen, Martínez María, Martínez Sabrina, Molina Ana, Montenegro Ana Laura, Noguera Cecilia, Ramos María José, Rebozzio Verónica, Romero Jesica, Santomil Maira y Velázquez Ana Paula.

La Escuela 10 se transformó en un espacio de juego compartido, de vínculos y experiencias significativas entre niveles educativos. Estudiantes de primer y segundo año —guiados por los docentes María Centurión, Daniel Cisneros, Rodrigo Cura, Flora Farías, Eliana Godoy, María Fernanda Hoet, Nahuel Lencina, Laura Putallaz, Bibiana Yulman, Guillermo Monzón y Paola Valenzuela— organizaron una verdadera fiesta de emociones: hubo maquillaje artístico, música en vivo, baile, rincón de lectura, juegos lúdicos, magia y un desayuno comunitario que reforzó los lazos entre grandes y chicos.

Los docentes también se sumaron con alegría a la propuesta: se disfrazaron de payasos, personificando con humor y ternura a esos personajes que hacen reír y soñar. Así, la escuela demostró que también se puede enseñar con el cuerpo, con el alma, con el arte y con el juego, trascendiendo los límites del aula y convirtiendo cada rincón en una oportunidad educativa.

La jornada fue impulsada, como cada año, por la dedicación constante de la secretaria de la institución, Silvina Panizza, cuya labor fue clave para la organización del evento. Se destaca también el respaldo de la directora Ivana Zárate, la vicedirectora Patricia Martínez y toda la comunidad educativa, que acompañó la propuesta con compromiso y entusiasmo.

El armado del colorido escenario contó con la colaboración de José Miño, Valentina Schredelseker, Milagros Schredelseker, Diego Schredelseker, Claudia Valenzuela, Jonathan Luna, Angélica Antonik, Guillermina Cóceres y las chicas del taller de arte de la docente Flora Farías “Arcoiris” junto a los comercios de Villaguay, que donaron materiales como cartones y telas, permitiendo que esta fantasía de circo y papel se hiciera realidad.
“El Día de los Jardines representa una oportunidad para construir puentes reales entre quienes comienzan a caminar el mundo y quienes ya están buscando su rumbo. Es un acto educativo profundo, tierno y transformador”, expresa la fundamentación del proyecto, que conmueve cada año por su profundidad pedagógica y humana.

Los objetivos que impulsan esta propuesta incluyen:
●Crear un puente afectivo, artístico y lúdico entre el Nivel Inicial y el Secundario.
●Fomentar la solidaridad, la empatía y la responsabilidad compartida.
●Estimular la creatividad, el trabajo en equipo y el compromiso ambiental.
●Incentivar la participación activa de los jóvenes como anfitriones culturales y afectivos.
●Promover el uso de materiales reciclables como eje de trabajo creativo y ecológico.
●Sorprender, emocionar, jugar y recordar que educar también es celebrar la vida.

Además, la jornada tuvo un momento profundamente emotivo, ya que coincidió con el cumpleaños de la directora Ivana Zárate. Los estudiantes de primer y segundo año la sorprendieron con cálidas palabras y un presente, gesto que llenó de emoción a todos los presentes y dio un toque aún más especial a la celebración.

A pesar de la llovizna, el evento se llevó a cabo con normalidad. El clima no opacó la alegría: al contrario, los estudiantes se divirtieron muchísimo, contagiando su entusiasmo a los más pequeños.

Así, la Escuela Secundaria Nº10 “Norma Bouvet” demostró, una vez más, que no se trata solo de organizar una actividad. Se trata de construir puentes, cosechar memorias, sembrar vocaciones. De abrazar la infancia desde el arte, el juego y la ternura.

Este viernes 13, los pasillos fueron carpas de colores, los profes se transformaron en payasos, los adolescentes se convirtieron en artistas, y los jardineritos brillaron como las verdaderas estrellas del espectáculo. Porque cuando la escuela se pone el traje de circo, el asombro y la risa se convierten en tarea pedagógica. Y eso también es formar para la vida.